Nuestros alumnos transforman la realidad de niños con distrofia muscular mayo 2015
Rafael Rodríguez Reyna, Departamento de Comunicación

Decididos a transformar la realidad de niños y familiares con distrofia muscular, nuestros alumnos de Educación, Psicología, Negocios Internacionales y Gastronomía, participaron en el Sexto Campamento de la Asociación Leonesa para la Distrofia Muscular A.C. (ALDIM), realizado del 22 al 24 de mayo en el Hotel Vergel de la Sierra de San Felipe, Guanajuato.
 
Por segundo año consecutivo, la Licenciatura en Educación organizó este encuentro en el que participaron 49 estudiantes dispuestos a sumar talentos, conocimientos y voluntades en beneficio de un grupo de 150 personas: pacientes, hermanos y padres de familia que día a día enfrentan una situación que requiere cuidados 24 horas los 7 días de la semana.
 
“La distrofia muscular es una enfermedad genética, su problema radica en los cromosomas X por lo que los casos se presentan con mayor frecuencia en los hombres. El promedio de vida de quienes la padecen es de 25 años, aunque regularmente sólo alcanzan los 14. Es una enfermedad degenerativa, donde los músculos se van muriendo, se pierde la movilidad de extremidades hasta que es imposible mover piernas, brazos y abdomen. Poco a poco se pierde el habla y finalmente deja de funcionar el diafragma”, compartió en entrevista Fernando Monroy, Coordinador de la Licenciatura en Educación y la Maestría en Administración Educativa.
 
Durante el campamento, las alumnas de Psicología trabajaron de manera directa con los padres de familia, integrándolos como pareja, favoreciendo su autoconocimiento y brindando mejores herramientas para el manejo de este padecimiento que no tiene cura, y en el que, “los esposos abandonan a sus mujeres, tras saber que su hijo vivirá postrado en una silla”, resaltó Monroy.
 
Los jóvenes de Gastronomía se dieron a la tarea de preparar los alimentos, una labor fundamental que permitió el desarrollo de todas las actividades. El Staff que gestionó las actividades, juegos y dinámicas, estuvo integrado por estudiantes de Negocios Internacionales y Educación. Estos últimos participaron como Almas Gemelas, una asignación especial que consistió en hacerse responsable de un paciente desde el amanecer hasta la hora de dormir, desde la asistencia para ir al baño, comer, paseos y juegos.
 
A partir de 2014, nuestro Rector, Andrés Govela Gutiérrez conoció de cerca estas experiencias como Miembro del Consejo de ALDIM, desde entonces tomó la decisión de involucrar a la Comunidad Universitaria en la realidad de estos jóvenes y sus familias, con la finalidad de brindar atención, calidad de vida y esperanza.

Fernando destacó que esta experiencia favoreció dos aspectos de nuestros jóvenes. “Por un lado, el aspecto profesional fue puesto a prueba ante múltiples adversidades climáticas, mismas que obligaron a replantear el diseño de las actividades. La otra cara de esta experiencia fue el lado humano, en donde nuestros estudiantes conocieron y vivieron de cerca la realidad de niños de educación especial. Fue posible observar alumnos que sacaron recursos de las piedras, con una gran capacidad de dar y entregarse, capaces de cuestionar su realidad y brindar soluciones para construir un mundo mejor”.
 
Al final de las actividades, los alumnos agradecieron y reconocieron la oportunidad de vivir esta experiencia que definitivamente cambió su manera de ver la vida:
 
“Yo creí que me iba mal en la vida porque mi familia está mal económicamente, mis papás tienen problemas de salud, pero después de conocer esta realidad, me doy cuenta de que no tengo ningún problema”.
 
“Gracias por invitar a la carrera de Gastronomía a estas actividades de Solidaridad, porque nosotros normalmente estamos en eventos sociales, pero agradecemos a la Escuela de Educación que nos hayan invitado a participar y servir a estos niños y darles un poco de lo que somos y hacemos”.
 
“Soy un relajo los fines de semana, pero después de esto, tengo que aprovechar mi vida por personas y niños con las que he compartido esta experiencia”.
 
“Nosotros nos lamentamos de estos chavos, pero ellos son el máximo ejemplo de discapacidad y de amor a la vida. Saben que no van a vivir por mucho tiempo. Y siguen alegres, bailando. Disfrutando la compañía de la Comunidad De La Salle”.

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